La totora crece espontáneamente en los humedals y se considera que es una planta silvestre; pero es indispensable un permanente trabajo de conservación y cultivo del totoral, así como la realización de actividades de siembra, selección, cosecha, secado y guarda de la totora, por parte del campesino y del artesano que la procesan y la utilizan en los diferentes trabajos y actividades productivas.
Existe muy escasa información sistematizada sobre el manejo técnico integral de los totorales, por lo cual lo más importante es hoy recuperar los saberes y técnicas tradicionales empleados por los campesinos y artesanos que trabajan la totora con fines económicos y de autosubsistencia.
Debido a la erosión genética y a la reducción de los lugares de desarrollo de la totora, en varios países de América del Sur se están efectuando procesos de reimplante de totora en humedales abandonados o mal conservados, y también plantación de totorales nuevos en espacios especialmente preparados para ello. La plantación de totora fue aplicada en el pasado por algunas etnias originarias, y aunque ha sido dejada de lado, todavía se conservan conocimientos que permiten realizarla con éxito.
Estas prácticas suponen una estrategia de conservación y protección del recurso y del medio ambiente, y requieren el compromiso de la comunidad circundante a los espacios escogidos.
Lo primero es la selección del espacio, que debe ser un lugar adecuado desde el punto de vista ecológico, y luego la creación en él de las pozas artificiales del mayor tamaño posible.
Viene entonces el trasplante de rizomas, para lo cual se aplica la técnica conocida como "apisonado" o "a pié pelado".
Se deben seleccionar plántulas sanas, con rizomas y dos a cinco tallos con yemas, las que se desprenden de su lugar de origen manteniendolas con tierra húmeda hasta que se reimplantan.
Las pozas deben tener una profundidad del agua de varios centímetros hasta un máximo de un metro. El mejor suelo es el limoso, arcilloso y no muy arenoso, y debe contener materia orgánica.
Allí se plantan las totoras en hoyos de 20 a 30 cm. de fango.
La distancia entre planta y planta puede ser de hasta 2 metros, en filas de dos metro de distancia. Se puede emplear una pala recta, aunque en zonas de sustrato blando se planta directamente con el pié.
Buena temporada de plantación es entre agosto y diciembre.
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